Cecilia Salvador es Presidenta de la Asociación de Portadores de Válvulas Cardíacas y Anticoagulados (AEPOVAC) desde el 2013 y también paciente, puesto que nació con una cardiopatía congénita y ha sido operada varias veces del corazón, siendo portadora de una válvula cardiaca.
Durante estos meses de pandemia ha sufrido en primera persona no poder acudir al médico, y por tanto, no continuar su tratamiento, por la obligación de quédate en casa, todo un desafío del que nos habla hoy.
Cecilia, ¿cómo has pasado estos meses?
Pues la verdad es que han sido meses muy duros, porque estar sola 24 horas, no estar bien de salud, no ver a tu familia y amigos… la situación se lleva peor. Se hacen las horas muy largas.
¿Cómo se vive una pandemia cuando sufres una enfermedad crónica?
Me imagino que si estás bien, dentro de lo que es tu enfermedad, pues se vivirá como cualquier otro día. El problema es cuando no te encuentras bien y sabes que necesitas unas pruebas y tratamiento, pero te tienes que quedar en casa sin posibilidad de acudir al hospital.
¿Cómo has llevado el “Quédate en casa”?
Los primeros días con miedo, incertidumbre, etc. por la falta de información, además de no saber realmente qué es lo que está pasando y cuánto va durar. El no poder ir a los hospitales ni Centros de Salud, pues todo esto hace que tengas ansiedad, depresión por no ver a los tuyos… Aunque dando gracias al mismo tiempo por poder hablar con el profesional las veces que lo he necesitado.
Lo más duro ha sido cuando ya se acabó el estado de alarma y te das cuenta que tu salud está deteriorada a consecuencia de los meses sin pruebas ni tratamientos. Esto hizo que me ingresaran. Pero como siempre, aquí estoy contándolo.
¿Cómo se ha vivido la pandemia desde la Asociación?
Al principio a la gente le pasaba como a mí. Muchas llamadas porque algunos no podían acudir a sus citas por cancelación, otros no podían hablar con los profesionales… Cuando fue pasando el tiempo empezamos a tener más información a través de otras asociaciones, fundaciones, organizaciones, el Ministerio, redes sociales, etc. y ya no eran tan constantes las llamadas ni correos, se fue estabilizando.
Ahora que ha pasado lo más duro, ¿qué recomendaciones harías a otras personas que pudieran estar en tu misma situación?
Primero recomendaría a las instituciones que los pacientes crónicos y otros pacientes seguimos existiendo aunque haya pandemias. Se cerró prácticamente todo para el COVID-19, sin contar que los demás pacientes podíamos necesitar ayuda profesional también.
En cuanto a los pacientes, les recomendaría que ante cualquier situación de empeoramiento, dolor, angustia, etc., acudan a los profesionales. Retrasar las visitas y esperar puede hacer que luego sea demasiado tarde.
Ir al médico está por encima del miedo al contagio, por eso, campañas como #VeAlMedico (#JustGo), son necesarias para concienciar a los pacientes de que hay que superar el temor que aún existe por el coronavirus, porque las consecuencias pueden ser dramáticas.